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Relais & Châteaux Son Brull hotel & spa, la esencia de Mallorca en versión contemporánea

Jun 24, 2017

Libertad, tranquilidad, bienestar y descanso. Esa es la esencia del Relais & Châteaux mallorquín Son Brull Hotel & Spa. Un espacio propiedad de la familia Suau, hoteleros de segunda generación, con más de 50 años de experiencia. Son Brull ocupa un antiguo monasterio del siglo XVIII (edificio histórico) que tras su rehabilitación ha conseguido armonizar la sofisticación urbana con el estilo de vida mediterráneo. Un lugar estratégico para el viajero que busca perderse, relajarse y disfrutar de un entorno natural de ensueño ya que está ubicado en un enclave único a los pies de la sierra de Tramuntana, en el norte de Mallorca, muy próximo al pueblo de Pollença y a tan sólo 45 minutos de la ciudad de Palma de Mallorca.

Este Relais & Châteaux rebosa historia en cada rincón por su herencia recibida. El origen de Son Brull se remonta a una alquería árabe encumbrada sobre los campos de cultivo que aún hoy rodean el hotel. Una edificación de la que se conservan elementos tradicionales mallorquines como la escalera original que forma parte de su restaurante 3\65 y que se mezclan en equilibrio con las tendencias más vanguardistas. Forma parte vital del hotel su almazara, una de las pocas originales de doble vía que quedan en Mallorca. Situada bajo una estructura de grandes arcos de diafragma donde se albergaba el material de trabajo, sus imponentes dimensiones con dos vigas de madera y una prensa de hierro prueban la gran actividad que mantuvo tiempo atrás. Ahora este es el espacio más espectacular del edificio que hoy alberga las 23 habitaciones de Son Brull Hotel & Spa.

Con vistas a la abundante naturaleza que rodea al hotel, a los campos de olivos, la viña y a la bahía de Pollença, todas las habitaciones de Son Brull, de tamaño y caracteres distintos, están diseñadas para lograr el bienestar completo de sus huéspedes. Todas ellas son estancias espaciosas y luminosas en las que la última tecnología y muebles de diseño se funden con el paisaje, una decoración contemporánea que firma el interiorista mallorquín Ignasi Forteza y están equipadas con todo lujo de detalles: camas King-size, gran selección de artículos de tocador de primera calidad, televisión, DVD y sistema de sonido de diseño Bang&Olufsen. Entre ellas destacan las dos suites dotadas de amplias terrazas e impresionantes vistas a la bahía de Pollença y una de ellas con jacuzzi exterior.

 

Gastronomía mallorquina

En lo gastronómico el Relais & Châteaux mallorquín recupera la cocina de producto de la región en su restaurante 3\65. Un nombre que rinde homenaje al sobrenombre con el que era conocido Son Brull en tiempos antiguos “la casa de las 365 ventanas”. Aquí el chef Rafael Perelló se nutre del propio huerto del hotel (donde se cultivan productos biológicos como el aceite de oliva, la ginebra, algunos vinos, cítricos, hortalizas y verduras) y de proveedores locales para trabajar a diario propuestas a base de ingredientes, en muchos casos, ecológicos y de temporada. A partir de estos productos, que él mismo selecciona minuciosamente, el joven chef mallorquín da vida a creaciones que ensalzan el sabor y los matices de la cocina mallorquina, una propuesta sana, sabrosa y de raíces. Dos menús degustación, el de temporada y el de la huerta, y una carta de raíces forman la oferta del restaurante que se completa con una carta de vinos con gran protagonismo de los elaborados en la isla. Así, 3\65 es autenticidad, respeto, cultura, tradición y patrimonio. Una propuesta que se puede disfrutar tanto en el acogedor comedor con iluminación teatral como a la luz de las velas en la terraza con vistas al valle.

Son Brull completa su oferta gastronómica con U-Bistró y U-Bar. El primero con una carta fresca y variada con ensaladas recién recolectadas de su huerto ecológico, pescado fresco de la bahía de Pollensa, club sándwich ecológico, entre otros. Propuestas para disfrutar en un ambiente relajado bajo la sombra en verano o junto a la chimenea en invierno. Ubicado en el espacio interior más espectacular de Son Brull, lo que fue una de las mayores almazaras de Mallorca en el siglo XVIII, está UBar. Un lugar donde los huéspedes pueden disfrutar de cócteles y encontrar una selección de tapas y snacks para comer a cualquier hora.

 

Un auténtico retiro

Para completar la experiencia del viajero, Son Brull cuenta con un spa basado en el concepto de bienestar mallorquín y el relax contemporáneo donde también utilizan productos naturales locales y de su propio huerto, libres de aceites minerales, parabenos, conservantes artificiales y perfumes sintéticos. Los tratamientos están creados desde una concepción holística buscando relajación, calma  y conciencia para conseguir dormir bien. Además, los huéspedes del hotel pueden apuntarse a las sesiones matinales de yogapara lograr armonizar cuerpo, mente y alma y después darse un baño y tomar el sol en supiscina grande exterior, en su piscina climatizada (mitad interior, mitad exterior) o en su jacuzzi.Para disfrutar de todo esto Son Brull ha creado “Mi día en Son Brull” un paquete que permite desconectar de la rutina diaria. Este incluye acceso al spa durante todo el día y un tratamiento de 60 minutos a elegir, una sesión de yoga en grupo y un almuerzo con bebidas incluidas por 165 € por persona.

Para los viajeros más activos, Son Brull da la posibilidad de practicar deportes extremos, excursiones en bicicleta de montaña, carreras campo a través e incluso rapel, son algunas de las actividades que Son Brull organiza para sus clientes. Para los amantes del mar, el hotel ofrece el alquiler de un velero o lancha motora para descubrir y explorar las preciosas calas de agua cristalina y turquesa que rodean la isla balear. También los amantes del golf encuentran un atractivo más en este hotel ya que muy cerca se encuentra el fantástico campo de 9 hoyos, Pollença Golf y el nuevo Club Alcanada Golf de 18 hoyos diseñado por Roberto Trent Jones padre e hijo, que tiene unas impresionantes vistas a la bahía de la Alcudia. Y los aficionados al tenis cuentan aquí con una pista rápida rodeada de higueras y olivos.

Por VELT

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