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Reflexiones de una emprendedora

Jul 14, 2021
emprender isabel airesImagen: Dane Deaner/ Unsplash.

Por Isabel Aires, directora de Aires News Comunicación

Dice la RAE sobre la palabra ‘Emprendedor/a’: “Que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”. También dice esta misma fuente sobre la palabra ‘Loco/a’: “De poco juicio, disparatado e imprudente”. Y si buscamos una tercera, sería ‘Valiente’: “Capaz de acometer una empresa arriesgada a pesar del peligro y el posible temor que suscita”.

Hola, me llamo Isabel Aires y en 2005 fusioné estos tres términos para tirarme a la piscina empresarial. Porque sí, para montar un negocio hay que hacer un cóctel perfecto con todos ellos y aderezarlo con ilusión, ganas, seguridad y esfuerzo, mucho esfuerzo… El cóctel que me salió tras esta mezcla se llama Aires News Comunicación, una agencia de comunicación especializada en gastronomía, ocio y estilo de vida, muy dinámica que comenzó su andadura para darle ‘aires nuevos’ al sector, y que a día de hoy lleva 16 años -a pesar de una crisis y una pandemia- ‘dando guerra’ y al pie del cañón, con un equipo estable de 4 grandes mujeres de las que me siento muy orgullosa.

Empezar desde cero

¿Qué hacemos en Aires News? Nuestra misión es dar visibilidad a través del contacto directo con periodistas y bloggers a restaurantes, hoteles y marcas de alimentación o bebidas de cualquier punto de España. Mantenemos una excelente relación con prensa y medios, tanto generalistas como especializados, lo que hace que seamos un nexo de unión entre todo lo que sea susceptible de ser comunicado y el medio más adecuado para su difusión.

Isabel Aires, directora de Aires News Comunicación.

Para emprender siempre hay un inicio, una transición y un detonante que hace que te lances a ello. Mi inicio se llamó Joaquín Merino -ganador de un premio Ondas, Premio Nacional de Gastronomía, escritor de 26 libros, crítico gastronómico, disfrutón… y además, mi padre biológico-. Cuando él hablaba, te dejaba sin palabras de lo maravilloso que narraba, y te transportaba con sus historias. Yo tenía la suerte de acompañarle a almuerzos, presentaciones… y siempre me decía lo mismo, que tenía alma de relaciones públicas y pensé que quizás podía tener razón.

Estaba en un momento de mi vida donde no sabía qué camino coger. Había estudiado Trabajo Social por mi ansia de ayudar a otras personas, pero sentía que era una profesión más burocrática que de ayudar, pensé en hacerme policía nacional, por seguir ayudando, y no tenía muy claro mi camino. Así que cuando me dijo esto, me propuso hablar con una amiga suya para que me diera una oportunidad. Así que dejé el trabajo que tenía y empecé en una agencia de comunicación dedicada a gastronomía, donde mi misión era coger el teléfono y escanear porque la directora me dijo que iba a empezar de 0 y “ya iríamos viendo con el tiempo si valía para ser ejecutiva de cuentas”.

Ejecutiva de cuentas

A los 6 meses y a base de mucho trabajar y aprender, era ya toda una ejecutiva. Fueron dos años y medio de transición, donde trabajé duramente para aprender todo del sector y de la labor que desempeñaba, crecí personal y profesionalmente y en mi mente se empezó a gestar la idea de que quizás y en un momento dado, podría montar mi propia agencia, con mi forma de trabajar, mis ideales. El detonante fueron un sentimiento de que mi jefa no me estaba valorando y cuidando lo suficiente para todo lo que yo hacía por la empresa y una llamada telefónica en la que me ofrecieron hacer una presentación por mi cuenta de un producto gastronómico.

En menos de 2 semanas, agarré todas esas definiciones de la RAE, las metí en mi ‘coctelera particular’ y con ese toque de locura, sin pensar, con resolución y acometiendo una empresa arriesgada me lancé a la piscina y me puse por mi cuenta.

¡Nada podía salir mal! Y si salía, bueno… ‘Sólo’ era un trabajo, un poco de dinero invertido, y seguro que mucho aprendizaje, porque en la vida, o se gana, o se aprende…

Al final lo que me condujo a dar el paso fue la confianza de Joaquín en mí y darme cuenta que quizás tenía razón y valía para esto, ¡había encontrado mi sitio! Me encanta mi trabajo, lo adoro y le dedico muchas horas, y aunque me produce también muchos desvelos, no lo cambiaría por nada, soy feliz con lo que hago.

Imagen: Gabrielle Henders/ Unsplash

Emprender más negocios

Por si fuera poco, y una vez que has dado el paso de emprender, pues te lanzas más fácilmente a la ‘piscina empresarial’, en 2010 monté Cosquillearte, el primer centro de cosquillas relajantes del mundo.

¿Y esta locura? Se preguntará el que haya llegado hasta aquí en la lectura. Me encantan las cosquillitas en la espalda, las relajantes, no las de reír, y decidí hacer de mi ‘adición’ un negocio porque pensé que otros quizás también lo ‘sufrirían’… Se trataba de unos tratamientos relajantes a base de cosquillitas, a modo de masaje terapéutico dado con la yema de los dedos. La gente salía como en estado de ensoñación.

La repercusión fue increíble, los medios de comunicación se volvieron locos con esta idea tan novedosa, pero no sólo nacionales, si no también internacionales, ¡llegaron a sacarlo hasta en el Time! La aventura duró 4 años, llegué incluso a tener dos franquicias, pero los coletazos de la crisis que aún se hacían notar, pasaron factura, eso y no poder dedicarle todo el tiempo que me hubiera gustado, hicieron que se cerrara en 2015. Hoy, con la repercusión de las redes sociales, seguro que seguiría muy activo, porque aún hoy en día hay gente que me escribe para saber si en algún sitio se pueden dar un tratamiento. Nunca me arrepentiré, aunque no haya durado. La experiencia fue muy buena, llena de aprendizaje.

No querría enrollarme mucho más, aquí os dejo un decálogo que espero que os pueda ayudar en caso de que tengáis dudas de emprender un negocio o sueño. ¡Adelante!

  1. Lucha por tu sueño.
  2. No te dejes vencer, ni por la competencia, o porque sea un mundo de hombres donde te lo pongan difícil.
  3. Observa a la competencia para aprender lo que NO hay que hacer y apostar por lo que consideres que hay que hacer.
  4. Observa, pero no copies, ¡ojo! para ser diferente y tener un sello personal, propio, has de innovar.
  5. Corre riesgos sin miedo. Pon en una balanza los pros y contras en caso de que salga mal, y seguro que siempre salen más pros
  6. Rodéate de gente que crea en tu proyecto igual que tú, que tenga implicación y cuando tengas a esas personas a tu lado, cuídalas. Es tu mejor inversión.
  7. Aprende a ser líder, no jefe.
  8. Aprende de tus errores (que será bueno que los tengas, y los tendrás)
  9. Muestra seguridad cuando hables con un cliente, con la inseguridad no se firman contratos.
  10. Aprovecha el momento aunque sea negativo, intenta darle la vuelta para salir reforzada. Recuerda, en la vida o se gana o se aprende, nunca se pierde.

Por VELT

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