ASEMPAS ha presentado sus últimos datos en consumo de Roscones de Reyes en la Comunidad de Madrid. Así, la primera conclusión que se saca desde la asociación es que la adaptación a las nuevas tendencias de consumo sigue provocando en la pastelería artesana madrileña la venta de “medidas más pequeñas” para adecuarse a todo tipo de familias. Las piezas de 500 gramos son las protagonistas, la reducción en la proporción de azúcar empleada, y la elaboración de variedades para la población con intolerancias (sin gluten, sin lactosa).
Más del 50% de la población prefiere el roscón relleno de nata o trufa, y el precio experimenta una variación respecto al pasado año en una media del 10% (sin poder aplicar al precio final la totalidad de los costes de las materias primas – destacando el incremento sufrido en los precios de mantequilla y los huevos-, los costes laborales y la energía, viéndose mermado el beneficio de las empresas de pastelería artesana madrileña).
Se constata la creciente tendencia del consumidor por adquirir el roscón elaborado artesanalmente (sin conservantes, ni otros añadidos) y consumido horas después de su elaboración y su compra, lo que viene a significar que cada día se demande más lo artesano y de mejor calidad. También se aprecia los nuevos diseños en los roscones bañados.
El “Roscón de Reyes” es uno de los postres más destacados de Madrid y más consumidos en las fechas navideñas (los escaparates madrileños de pastelerías se inundan y se decoran con este postre estrella). Las cerca de 600 pastelerías artesanas de la Comunidad de Madrid venderán en estas fiestas, dos millones ochocientos mil “Roscones”, según estimación de la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería de Madrid – ASEMPAS – que preside Jonatan Yagüe Gallardo.
