La mexicana Moyo trae a España la genuina receta búlgara del fermentado lácteo
por Silvia Resa López
Imágenes cedidas por Moyo
En el inglés antiguo, Moyo significaba poseer una fuerza mágica, un gran magnetismo; en la lengua africana swahili quiere decir corazón y en términos empresariales da nombre a la enseña de yogur helado, elaborado mediante la auténtica receta búlgara, que conserva los ingredientes funcionales del yogur y contiene el cero por ciento de grasa.
Tarrinas y conos con sabores de açaí (fruta brasileña rica en nutrientes y antioxidantes), litchi (procedente de Indochina y con alto valor en vitaminas B, C, en potasio y fósforo) o de taro (raíz china con alto contenido en almidón, fácilmente digestible y de un característico color lavanda).
Son parte de Moyo, el helado de yogur basado en la genuina receta búlgara, que reduce a cero por ciento el aporte de grasa y que, sin embargo, mantiene los ingredientes funcionales del fermentado lácteo, los afamados lactobacilus.
El helado de yogur natural, los sorbetes y los helados veganos completan el elenco de especialidades de la marca mexicana, que suma toppings ilimitados de galletas, frutas o coulis.
México, Costa Rica, Nicaragua y, desde mayo pasado, también España, son los cuatro mercados de la enseña Moyo; precisamente este último constituye la puerta de entrada a Europa; “aquí Moyo es nuestra apuesta por el mercado europeo, al promover una oferta de valor basada en la calidad de sus ingredientes, atributos saludables y una gran variedad de sabores”, dice Delphine Madrazo, creadora de la marca.
Desde su fundación, hace ahora 16 años, en el país puente entre América Latina y América del Norte, su red de yogurterías supera el centenar de establecimientos, a los que su plan de expansión añade otros ocho más en territorio español durante el presente ejercicio, con el objetivo de alcanzar los 40 antes de 2030 en este mercado.
El magnetismo de Austin Powers
“Queremos seguir conquistando el paladar de los españoles”, dice Madrazo; “a partir de la esencia de nuestros productos, basada en la naturalidad, frescura e innovación y con el objetivo de convertirnos en un referente en la industria del consumo”.
Con una producción de un millón de unidades al mes, los sabores del yogur helado van cambiando, al igual que los sorbetes. Los precios oscilan entre los 4,5 euros para la tarrina grande, de 350 gramos, con topping ilimitado por 2,5 euros, hasta la tarrina pequeña de 135 gramos (2,5 euros más topping por 1,5 euros)
El yogur helado en tarrina intermedia de 240 gramos cuesta 3,5 euros, más dos euros si se desea topping; el cono artesanal se obtiene por 2 euros, a los que se añade medio euro más de la cobertura.
La expansión de la red de establecimientos se realizará a través de la fórmula de franquicia (10.000 euros en concepto de canon y know how y un monto total de 150.000 euros, maquinaria incluida).
Así ha sido en los dos países centroamericanos en los que tiene presencia, que suman 17 puntos de venta en régimen de franquicia. No obstante, del total de establecimientos, la empresa propietaria Promociones Inmobiliarias Naturistas tiene el 30% propios.
Antes de 2008 la emprendedora Delphine Madrazo se desplazó a México para producir películas “en Los Ángeles había muchas tiendas de yogur y yo, desde siempre, había deseado poner en marcha mi propia compañía”.
Así que un documental para una plataforma privada y una película después nacería Moyo, que debe su nombre al término del inglés antiguo “mojo”, que significa poseer fuerza mágica, magnetismo.
Con la fonética “moyo” fue popularizado, durante la década de los noventa del pasado siglo, en boca del personaje Austin Powers, el agente secreto de la trilogía cómica y de acción del mismo nombre, protagonizada por Mike Myers.
Un guiño cinematográfico que ha llevado a Madrazo a un emprendimiento que promete unir cine y sector servicios por mucho tiempo.