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José Sanclemente, escritor: “La verdad es la única salida del periodismo”

Jul 6, 2012

Nacido en Barcelona, José Sanclemente es economista y experto en medios de comunicación. No en vano, parte de su trayectoria profesional se ha desarrollado unida al Grupo Zeta, del que fue consejero o a Antena 3 TV (fue consejero). También presidió la Asociación de Editores de Diarios Españoles y fue promotor y fundador del diario ADN y consejero de la Casa Editorial El Tiempo de Bogotá. En la actualidad, Sanclemente se dedica a la asesoría de empresas periodísticas y acaba de lanzar su primera novela ‘Tienes que Contarlo’.

Una novela en la que Sanclemente pone de manifiesto todo el conocimiento que posee del mundo editorial, en donde la ficción se entremezcla de forma inquietante con la realidad más absoluta. Porque, aunque es su primera obra de ficción “tienes que arriesgarte a que hayan cosas que aunque no sean verdad puedan serlo”, afirma el autor. “La verdad, prosigue, es que durante el proceso de escritura llegué a tener una cierta prisa por acabarla, porque la realidad me iba superando… cuando mato a ‘Krugman’ (no desvelamos nada, la novela parte del asesinato de ese periodista), al cabo de un mes y medio aparece muerto en extrañas circunstancias en Londres el periodista que había denunciado los casos de escuchas ilegales de Murdoch. La crisis propia de los diarios: el ADN cierra, el Público ya se rumoreaba que iba a cerrar… ERES sucesivos que se hacían en las redacciones… Facebook, que iba  a salir a bolsa… el tema era tan actual que me podía superar la realidad”.

¿Cuánto tiempo tardó en escribir la novela?

Empecé a escribir en mayo del año pasado y la terminé en diciembre en Nueva York, porque allí transcurre una parte. Siete meses, aunque no continuos, porque no podía dedicarme a escribir siete horas seguidas: unos días escribía por las noches, otros por la mañana… la corregí en el mes de enero-febrero y la publiqué en marzo. Bastante rápido.

Me animé porque hice en el Ateneo un curso de escritura, porque siempre me había apetecido escribir. Aunque he de confesar que no soy lector de novelas policíacas: he leído muy pocas. No soy un experto. Soy más un lector de ensayo, de no ficción.

¿Y cómo ‘sale’ entonces una novela policíaca?

Empiezo con la intención de contar cómo estaba el periodismo y las redes sociales, en una especie de notas de ensayo. Iba a ser una especie de ‘bueno, qué es lo que puede pasar, dónde vamos a ir’… pero cuando escribí esas notas pensé que podía interesar al lector. Lo del Ateneo me ayudó en la parte literaria, a la hora de adaptar lo que había escrito hasta el momento a la realidad más cotidiana. Y quería ver si era capaz de cerrar el círculo de toda la historia y las subtramas que iban saliendo. Primero escribo sin brújula, salen cincuenta o sesenta páginas… y después tuve que volver hacia atrás, hacer fichas de personajes porque era un sin dios, he sido bastante caótico. Pero quería que alguien más se enterara de lo que estaba pasando.

En la novela todos los personajes buscan la verdad y lo bueno del periodismo, del buen periodismo es que te acerca a la verdad… ¿cree que en estos momentos, a nivel de calle, existe conciencia de esa idea? ¿La gente sabe lo que es un periodista, o es un concepto que se ha diluido?

Quizá no se conoce bien. Se conoce más por el efecto negativo, porque la prensa, desgraciadamente ha ido perdiendo credibilidad en los últimos años … la gente podría entender que el periodismo, aunque no lo sepa, nació como un contrapoder: para defender los derechos. Esa es su esencia. Pero, por ejemplo, una de las cosas que critican movimientos como los del 15M, aparte de al poder financiero, es a los medios de comunicación. Los periódicos, que además reaccionan tarde ante ese movimiento de los ciudadanos, se han dado cuenta de que no están sintonizando con sus lectores, que quizá han ido hacia una línea informativa que a la que les ha conducido, a lo mejor sin quererlo, el propio poder en general. En el día a día estamos subidos a una ola informativa en la que hay que hablar del mercado, de la prima de riesgo, de la agenda de los políticos y los periodistas, sin darse cuenta, se suben a esa ola y se olvidan de buscar las aristas que interesen más a los lectores. La verdad es la esencia del periodismo, sea en plataformas digitales o en papel, es su única salida.

¿Y cómo se puede hacer eso?

El problema es que ahora, en muchas redacciones, la gente no puede contrastar la noticia, porque hay falta de personal y hay que cerrar o editar el texto y ni siquiera se va a las ruedas de prensa: se espera las notas de prensa, se copian y un periodista hace cinco o seis temas en un día. ¿Qué empresa periodística dejaría a sus periodistas de sociedad –por ejemplo- que fueran a investigar una semana un tema? ¿Quién se lo puede permitir? Hasta que no se recupere eso, el periodismo será de peor calidad y la información nos llegará adulterada.

Es como una especie de círculo vicioso porque usted dice “mientras no se recupere eso…” pero mientras vivamos en la realidad en la que estamos, en la que parece que la propia empresa tampoco entiende muy bien qué es el periodismo, que editores periodistas hay pocos…

Ha cambiado todo. Ha cambiado el modelo de las empresas periodísticas y ha cambiado quién dirige la empresa periodística. Hace unos años, en la época en la que estuve como consejero delegado del Grupo Zeta, había editores: un Jesús Polanco, un Antonio Asensio, un Mario Salas… gente que quería impulsar por encima de todo nuevos medios. También es cierto que la sociedad, en aquel momento, estaba abierta a la información y a descubrir -España se abría a las libertades-, cualquier cosa. Ahora la información fluye de cincuenta mil maneras, no es un bien escaso, hay mucha pero buena y contrastada no.

¿Cuál sería la solución?

Yo no sé si en el caso de los periódicos el modelo debería ser, en vez de publicar tantas páginas diciendo lo mismo que ha dicho la red social, la televisión el día anterior… buscar otro tipo de periodismo más reposado, con noticias que no hayan sido trufadas y rectificadas. Volver a una esencia de análisis, de reflexión y de descubrimiento. Es verdad que en la empresa hay más preocupación por el tema financiero y una caída de la publicidad tremenda pero los periodistas también han tenido su parte de responsabilidad. Los periodistas que yo conocí en su momento vivían bien: eran periodistas con salarios muy buenos, con condiciones que la empresa tenía que pedir casi permiso porque tenían una cierta propiedad intelectual sobre los temas… y ha sido un péndulo: de esa situación entre comillas privilegiada de unos cuantos periodistas, se ha pasado a la de ahora, que tienes que hacer de todo, foto, texto, cerrar… se ha ido de un lado a otro. Y si quitas medios es como si quitas ordenadores a los chicos en educación, las horas lectivas no son buenas… el periodismo es tan fundamental como la educación y la sanidad y si se sigue tocando ese músculo, pues padecerá… está padeciendo.

Hay un momento en la novela en el que la protagonista entra en la redacción del periódico y habla de que la única parte que está bien dotada de medios es la redacción o la parte de Internet… ¿papel o Internet? ¿Hay futuro para el papel?

Yo creo que sí, pero lo hay en otro tipo de información, investigando bastante más, dando otros contenidos más reflexivos. Y en la red tiene que haber la misma esencia de investigación que hay en el papel. Pero tiene que ser más rápida e informarnos allí de la última hora, no en el periódico. Lo que me preocupa es que algunos editores están tirando la toalla, como el mío, como el que reflejo en el libro. Y, por su parte, los periodistas no saben conectar con los lectores, y eso es un poco tirar la toalla también, que es lo que está pasando. Y, en este tránsito entre prensa impresa y digital, hay una fuga de lectores que van a otras cosas: a las redes sociales, que son también medios información que hace un año los periodistas denostaban y ahora las utilizan.

¿Eso no tiene un riesgo? Porque aparte de utilizarla una serie de personas con una cualificación, la usa todo el mundo, ¿no hay una saturación?

Hay un cajón de sastre en la red donde vale todo. Vale el buen periodismo, el mal periodismo, valen noticias no contrastadas, información falsa y lo peor, información tendenciosa…

¿Hacia donde nos lleva el futuro?

Nos lleva hacia un punto en el que la información va a ser prácticamente ilimitada. Ojalá nos lleve a volver a la esencia y a que a lo mejor un buen periódico me explique de verdad qué está pasando. Repito, hay información por todas partes sobre la prima de riesgo y todavía no sabemos ni quién es la prima esa ni qué está pasando… en EEUU, el Wall Street Journal, que desayunaba todos los días con Wall Street, no supo ver el caos financiero que se avecinaba. O no quisieron, o no supieron… simplemente hicieron un seguidismo y no salió nadie advirtiera de nada.

¿Puede ser que  el periodista se acomode?

En la actualidad, el periodista está en el brete de que, ni puede acomodarse ni tiene los medios que tenía antes para cambiar las cosas.

En esta transición de periodismo escrito-Internet, ¿Pasa, sobre todo en pequeños medios, que están destinando más recursos a Internet que al papel y tampoco se está haciendo bien?¿Lo están haciendo un poco a lo loco?

Quizá todavía no se ha sabido cómo utilizarlo, pero tampoco es fácil. Lo que es cierto es que, teniendo los medios convencionales cautivos a sus oyentes y telespectadores, que haya tenido que venir gente que no se dedicaba a esto, como las redes sociales, a escuchar mucho más que ellos a sus usuarios, que parece que económicamente están encontrando una mayor simbiosis con sus usuarios… hubiera sido más lógico a lo mejor que eso hubiera emergido de quien tenía esos usuarios pero no fue así. Creo que hay que escuchar más al lector y en el caso de los periódicos se ha escuchado más bien poco.

Una vez que escuchas, que se hacen las cosas en otra línea: ¿Cómo se pueden obtener los ingresos? Facebook, por ejemplo, es gratuito. Hemos acostumbrando al usuario al todo gratis y luego ¿De dónde se pueden obtener los ingresos?

Fue un error no valorar la información en su momento y darla toda gratuita. Desde el principio. Y hoy en día es muy difícil tirar para atrás, porque hay muchísima información. Pero en el caso de España, en el año 2002 El País y El Mundo no se pusieron de acuerdo para hacer pagar algo por sus informaciones… hubo una discrepancia, El País se cerró durante un tiempo, el otro siguió en abierto y al final El País se tuvo que abrir. La fórmula que se está buscando hoy en día, en definitiva está llegando en EEUU y es la de junto con el periódico en papel, dar una suscripción al digital, pero para ello, están poniendo contenidos muy buenos. Lo que no puede ser es no dotar de recursos al digital ,porque la gente no acabará pagando.

¿Cómo está el mercado americano en papel?

Está cayendo la publicidad en papel también, pero están haciendo fórmulas mixtas. El New York Times, ha hecho una campaña para el digital con descuento en el periódico cada día y con muy buenos contenidos en el digital. Ya veremos dónde llegan porque de momento están en modo ‘prueba-error’. Es el peor momento posible, pero es de esperar que el consumo vuelva a subir, porque, si no, nos hundiremos todos. Pero los diarios deben seguir promocionando su marca y su cabecera, porque, si no, tampoco tendrán seguidores en la red.

Por VELT

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