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Cómo ser feliz cocinando

Abr 5, 2023
Cocinar para ser felizQuiche de espárragos ligera de Maribel García.

Un recetario del “aquí y ahora” más las sugerencias de una nutricionista ganadora de Master Chef.

Silvia Resa López

Conceptos como el de mindfoodness o alimentación consciente nos acercan a un estilo de vida más saludable, para aprender una nueva relación con la comida y entrenar otras formas de elaboración. Maribel García, con su recetario para ser feliz y Marta Verona, con sus tips para el desayuno saludable, son claros ejemplos de esta tendencia.

Maribel García Sarabia (@recetasparaserfeliz) tiene muy claro cuál es, para ella, el camino hacia la felicidad: 90 recetas con pocos (y saludables) ingredientes de fácil preparación.

“Tengo muchos recuerdos bonitos de mi familia compartiendo recetas y cocinando juntos”, dice Maribel García, recordando su primer plato de macarrones que, con tan sólo diez años, elaboró siguiendo las indicaciones de su madre por teléfono; “tuve que aprender muy pronto, ya que mamá trabajaba mucho y tenía que ayudar; ahí comenzó mi pasión por la cocina”.

Hasta retornar al huerto y a la cocina de puchero mediaron unos cuantos años en la ciudad, que terminaron con una parada en seco, una reflexión y la certeza de que lo suyo eran los fogones.

De Instagram al papel

“Empecé a sentir que cocinar me hacía muy feliz y aún más conocer qué productos me beneficiaban”, dice la autora de “Recetas para ser feliz”, que acaba de publicarse; “recoger los frutos del huerto y cocinar con ellos se convirtió en una satisfacción, al igual que aprovecharlos del todo”.

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Proximidad, planificación y elaboración “de aquí y ahora” son las claves de la cocina que propone Maribel García, que empezó a volcar su creatividad en redes sociales donde en la actualidad cuenta con 640.000 seguidores.

“Quería que las recetas siguieran la línea de mi IG”, dice García Sarabia; “con elaboraciones tradicionales y fáciles”.

El huerto cumple con la clave de la proximidad, en una apuesta por los alimentos lo más naturales, frescos y cercanos que sea posible. El “aquí y ahora”, a modo de mindfoodness, se plasma en casi un centenar de recetas que “se ven fáciles, por lo que dan ganas de cocinar”, dice su autora.

En cuanto a la planificación, el batch cooking o preparación adelantada de los menús de la semana evita la tentación de consumir precocinados, especialmente en las cenas; “con tener dos preparaciones por semana te da mucha libertad”.

Las sugerencias de esta cocinera feliz se refieren también a diseñar un menú semanal, realizar una compra con idéntica periodicidad “considerando las necesidades de tus próximos siete días”, así como ordenar la despensa, la nevera y también el congelador “para evitar el desperdicio de comida”.

De todo esto empieza a hablarnos la autora de “Recetas para ser feliz” al comienzo de su libro, en el que también se incluyen diez recetas “Éxitos” (las de mayor aceptación en redes) como las patatas aplastadas estilo pizza (“nada me gusta más que versionar la pizza y convertirla en un plato diferente”), el pastel rápido de calabacín (“genial para una cena en casa”), tortilla de coliflor exprés (“mi madre la ha hecho toda la vida así y en casa nos encanta”), el bizcocho integral sin azúcar (“me recuerda el que hacía mi abuela”) o el donuts croccanti (“puedes preparar los donuts más ricos del mundo en un periquete”).

A las que añado las recetas de canelones diferentes de puerro (“sin pasta, quedan de lo más vistoso y están deliciosos”), la de albóndigas de calabacín exprés (“para comer verduras de una forma divertida”) o la de aguacates rellenos con huevos felices (“quedan riquísimos y son estupendos para desayunar”)

La primera comida del día

Es precisamente del desayuno de lo que habló Marta Verona, nutricionista y ganadora de la sexta edición del concurso MasterChef, durante la presentación de un estudio de hábitos de consumo realizado por Ecocesta, la marca de alimentación ecológica de Biogran (Grupo Ecotone)

Aunque el 75% de los encuestados cree que el desayuno es la comida más importante del día, el 64% está convencido de que el suyo no es saludable y 8 de cada 10 consideran que podrían mejorarlo.

Los ganadores siguen siendo el café (74% lo incluye en su desayuno), el pan (64%) y los lácteos (61%), si bien las frutas y cereales están presentes en el desayuno de uno de cada dos españoles y las bebidas vegetales en el de uno de cada cinco encuestados.

Parece que la mayoría desayuna en casa, aunque lo hace de forma rápida, no superando el cuarto de hora.

Nuevos hábitos despuntan: cuatro de cada diez entrevistados considera importante que su primera ingesta del día incluya productos bio, lo cual es relevante en el caso de las mujeres madrileñas y catalanas con edades comprendidas entre los 45 y los 54 años, seguidas por los jóvenes andaluces de 18 a 34 años.

“Da igual la hora del desayuno”, dice Marta Verona; “lo importante es que se trata de la primera ingesta de la jornada, por lo que los alimentos que lo integren han de ser de calidad”.

Tres son las propuestas de Verona para ese desayuno saludable: overnight oats (avena en copos, bebida vegetal, manzana asada con agua y canela, coco crujiente, chocolate 90% cacao rallado y semillas de lino trituradas), desayuno salado (tortitas integrales con pesto, queso feta y cherries) y dulce (yogur natural con mango triturado, arándanos y trigo espelta).

La nutricionista recomienda su preparación en tarros de cristal con tapa, a fin de elaborar el desayuno la noche anterior y asegurar su portabilidad cuando salimos de casa por la mañana.

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“El overnight oats es una preparación con copos de avena que se ponen a remojo en líquido (bebida vegetal o agua) y se dejan durante toda la noche en el frigorífico”, dice Marta Verona, que explica que la avena “es un cereal con mucho contenido en fibra y con una particularidad, como es que permite que el azúcar se distribuya por el organismo de forma equilibrada”.

“Las semillas de lino molidas aportan grasas esenciales, así denominadas porque el organismo no las genera”, dice Verona, que asegura que esta receta se conserva durante cinco días.

El desayuno salado parte de unas tortitas de arroz integral y quinoa con un pesto en el que los piñones se sustituyen por almendras, con queso feta desmenuzado y tomates Cherry asados en el microondas con una cucharada de Aove (aceite de oliva virgen extra) y orégano.

Una mermelada de arándanos o frambuesa (con semillas de chía molidas y una cucharada de agave) es protagonista en el desayuno dulce que propone Marta Verona.

Mango triturado y mezclado con gelatina (en un cazo durante cinco minutos) que se deja enfriar y se coloca en el fondo del tarro. Un yogur natural, de coco sin azúcar o kéfir le sigue y, tras añadir la mermelada, se añade el trigo espelta, ya que “aporta el crujiente que estimula el apetito”, dice Marta Verona.

Por VELT

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