Coffee Hat entra en el mercado español del café en cápsulas
Silvia Resa
Son italianos, lo mismo que las otras dos empresas pioneras del café en el mundo, Illy y Lavazza; al igual que sus predecesoras cuenta con un packaging de lujo y apuesta por una calidad al mismo nivel, pero en formato de cápsulas. Se llaman Coffee Hat, nombre que hace referencia al sombrero estilo ‘Panamá’ del país del mismo nombre en Centroamérica, de donde proviene una de las variedades de sus cafés de origen único.
Su packaging se asimila a un producto cosmético de lujo, en el que el sombreo Panamá revela uno de los orígenes de su materia prima, al que se suman otros monovarietales procedentes de Colombia, Brasil, Cuba e India.
Su apuesta ha sido sobre todo por el formato cápsula, pues aunque lo comercializan también en grano, este último café se destina a hostelería y tan sólo representa el 2% del volumen de negocio de Coffee Hat. Su propietario, el empresario Lorenzo Verlicchi, gran conocedor de mercados como el ibicenco, ha sido uno de los impulsores del destino español, donde ha visto oportunidad de negocio, dada la calidad “media-baja de la mayoría de las cápsulas, segmento que hoy por hoy se sigue basando en el precio”.
Dice Verlicchi que las mezclas de cafés para cápsulas “suelen ser de calidad media-baja”, en un mercado que en España alcanza un volumen de 300 millones de cápsulas, incipiente si miramos a Italia, con 1.500 millones de unidades anuales.
De ahí el potencial de los mercados locales españoles “las empresas están introduciéndose en el sector del café en cápsulas”, dice Verlicchi; “ya que está creciendo a un ritmo del 20 y el 30% anualmente”.
Y es que, según asegura el responsable de Coffee Hat, este formato “permite comercializar un café de alta calidad sin muchas complicaciones”. Esto mismo parece al comprobar los aromas tanto en nariz como en boca en la cata degustación de Patrón 1911, procedente de Colombia, Geisha de Panamá, el cubano Habanera o el solidario Women’ s Project, que junto al hindú Bababudan y el descafeinado Zero de Brasil conforman el elenco de la empresa cafetera, que se completa con las cápsulas de leche, leche de soja y de almendra.
Cada café es de origen único y se presenta en cajas de diez cápsulas a un precio de 3,90 euros, a excepción del Geisha, cuyo precio alcanza los 19 euros. Se puede adquirir en Amazon, en la tienda online de Coffee Hat y durante estos días en la Feria de Alimentos de Europa organizada por la cadena de centros comerciales ECI en Madrid.
En las cajas aparece la descripción de la cata, origen y características del producto “como si de un gran vino se tratara”, dice Verlicchi; es el caso de las notas a cacao, nuez y alta densidad del Patrón 1911, las de vainilla, caramelo y mantequilla del Geisha, una de las variedades más apreciadas y caras del mundo, los aromas cítricos, de cacao en polvo y el equilibrio entre amargor y acidez enpostgusto del Women’ s Project o el potente cacao en nariz y boca del Habanera.
Como cabría esperar en Coffee Hat variedad, origen, proceso y encapsulado se ciñen al efecto sostenible, de forma que se elaboran100% a partirde café natural,sin aromatizantes artificiales, mediante cultivos y recolecciones artesanales en fincas seleccionadas por el propio Verlicchi, para finalizar con el tostado, molido y encapsulado en su Italia natal.
“Nuestro objetivo es alcanzar los diez millones de cápsulas y continuar con la expansión hacia EE.UU. y China, así como en España, una plaza estratégica por su alto consumo de café expreso y sobre todo cortado;somos el único productor de cápsulas de leche compatibles con Nespresso para hacer macchiatos”, dice su fundador y CEO.