Siete bodegas españolas adaptan sus precios para vender más en el súper.
Silvia Resa
Dicen algunos expertos que la cultura del vino ha alejado a los consumidores, de modo que tanto aroma en nariz y boca, tanto agitar el líquido alimento provoca en los más jóvenes algo de rechazo, quizá por temor a no alcanzar el nivel que parece exigirse a todo catador amateur, aunque todo ocurra de forma subliminal; organizaciones y distribuidores, especialmente algunos súper, han decidido aliarse con las bodegas para presentar una oferta apta para todos los bolsillos, los de los mileuristas incluidos. Quizá así se salve uno de los escollos al consumo del vino: su precio.
“No se trata de saber de vinos, sino de saber disfrutar del vino”, dice Pedro Ballesteros, uno de los popes del mundo vitivinícola en nuestro país, pues es nada más y nada menos que Master of Wine.
Tanto Pedro como la mayoría de las organizaciones relacionadas con el mundo vitivinícola andan preocupados estos días ante el bajo nivel de consumo, de tan sólo 16 litros por persona y año. El protocolo del vino (compra, descorche, servicio, cata) puede llegar a asustar a los más jóvenes a quienes por otra parte no les seduce los precios habituales de las botellas de vino; “parece que la primera condición para que un vino sea bueno es que cueste 25 euros”, dice Ballesteros.
De forma paralela, los consumidores de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años han desarrollado un gusto cada vez más elevado por la cerveza, tal y como reconoce el propio Ballesteros: “el big bang cervecero nos ha desplazado”.
Y es que en la mayoría de los bares y tabernas los grifos de cerveza dan la bienvenida a los clientes, a quienes les basta señalar para consumir, de ahí que desde el sector vinícola se vea necesario dar visibilidad al vino.
Y se ha empezado por el súper; una conocida cadena de establecimientos discount ofrece en sus lineales los vinos de al menos siete bodegas amparadas bajo denominaciones de origen y a precios populares; “buscamos tener distribuidores como Lidl, que vende vinos a precios ajustados, que alguien que gane 1.000 euros puede pagar”, dice Ballesteros.
Recientemente la cadena citada ha sido distinguida como la de ‘mejor selección de vinos de gran distribución’ por parte del International Wine Challenge. Lidl trabaja con 60 proveedores nacionales de vino, repartidos entre 40 denominaciones de calidad distintas. Entre tales referencias, una veintena pertenecen a la categoría de alta gama o ‘premium’, con puntuaciones de la prestigiosa guía Peñín.
“Es la prueba de que se pueden elaborar grandes vinos a bajo precio”, comenta Ballesteros, quien dirigió la cata organizada por la cadena minorista en la primera Jornada de recuperación del vino, bajo el lema ‘SOS Vino en España’.
Altolandon, Bodegas Neo, Pernod Ricard, Gorka Izaguirre, Bodegas Castaño y Pago Los Balancines presentaron sus vinos más accesibles, así como los de la categoría ‘premium’.
Los precios oscilan entre los 5 euros y los 25 euros, si bien es cierto que en algunos casos la versión más accesible supera en cata a los de alta gama de las mismas bodegas; es el caso de Irrepetible 2015, un tinto elaborado con Malbec de entrada suave en boca y postgusto largo. La relación calidad precio, inmejorable: 6 euros. De Alto Landon es también CF 2011, vino elaborado a partir de uva Cabernet Franc al que personalmente puntué por debajo de Irrepetible, un seis sobre 10 puntos, dada su elevada astringencia final. Teniendo en cuenta este factor, los 14 euros PVP dejan a esta referencia por detrás de Irrepetible, al que le otorgo 7 puntos sobre 10.
Neo Crianza 2013, con 14 meses de barrica y un precio de 7 euros es un Ribera del Duero más que presentable en los lineales de Lidl. Perfumado en nariz, su entrada en boca es amable, lo que lo hace fácil de beber. Otra puntuación notable, de 7 sobre 10 para esta referencia de Bodegas Neo.
Bodegas Castaño y Pago Los Balancines presentaron las opciones más económicas: la primera, amparada bajo la denominación Yecla, tiene Castaño tinto 2016 a un precio de 4 euros, mientras la extremeña comercializa a menos de 5 euros su Balancines Gold 2016.
Son sólo algunas de las referencias que pueden encontrarse en los 540 puntos de venta de Lidl, con los que se pretende acercar el consumo del vino al cliente final, cualquiera que sea su perfil económico.