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Silvia Abril, actriz e influencer gastrosaludable: “A veces la comida saludable no es muy bonita”

Abr 5, 2017

Silvia Resa

“Me gusta Silvia Abril por su forma de ser”, dice una adolescente con cara de admiración, mientras sujeta emocionada el libro “Como a mí me gusta”, momentos antes de que le estampe en él dedicatoria y firma su autora.

Ésta, además de actriz muy popular por su participación en series de televisión como “La que se avecina” y a la sazón pareja del también televisivo Buenafuente, se ha estrenado con éxito en el mundo editorial.

La joven admiradora no sabe ni cómo preparar el brócoli, pero al igual que el resto de su grupo de amigas se ha comprado el libro (22 euros) de Abril, sobre todo porque contiene “muchas fotos de ella”, aunque no se cierra “a intentarlo en alguna ocasión” con los fogones. Porque el libro de la polifacética Abril va de recetas, pero de elaboración muy especial, a partir de alimentos saludables.

Así nos lo ha contado Silvia durante la presentación de su libro ayer por la tarde, en un establecimiento multiformato con librería, área de eventos y zona degustación en el madrileño barrio de Embajadores.

Cuenta Silvia que tenía sus dudas a la hora de escribir el libro y al preguntar en la editorial la invitaron a que relatara lo que le había pasado. Y dicho y hecho; es más, Silvia vuelve a repetirlo: decisión de ser mamá un poco tardía, pide ayuda a Xavi Verdaguer un especialista en nutrición que “me propuso limpiar los órganos, elaborar con técnicas de plancha, vapor, nada de frituras y al mes ya estaba embarazada”.

El resultado ha sido Joana, de cuatro añitos, aunque la amistad de Abril con la comida saludable ya ha cumplido un lustro; es mayor.

Así que ha nacido otra nutricionista, una auténtica influencer (que lo es, la he visto en acción) para esto del comer sano que, además, es simpática y tiene gran desparpajo, tal y como demostró en varios momentos de la presentación. Lo cuento: mientras Silvia habla la prosodia de su voz se ve interrumpida por el tono de llamada de un móvil; “cójalo, cójalo” le dice la actriz al propietario del teléfono, sentado entre el público asistente; “¿quién es?” pregunta Silvia de nuevo a la misma persona, que en voz casi inaudible responde que su esposa; “Ah bien, dígale que no se ponga nerviosa, que el estrés activa el cortisol y eso provoca alteraciones en la flora intestinal”. Y siguió con la presentación.

“Al principio fui al súper ecológico y me lo compré todo, creyendo que de este modo lo estaba haciendo correctamente”, dice Abril; “sin embargo, el cambio hacia la alimentación saludable se hace poco a poco pues si no, hay frustración y esto también altera nuestra flora intestinal”.

Y recomienda: “es preciso escucharse, sentir qué cosas nos sientan bien a cada uno; por ejemplo las mujeres deberíamos comer casi a diario brócoli, o coles de Bruselas o coliflor, ya que se trata de alimentos que ayudan a reducir los estrógenos, lo que mejora nuestro proceso hormonal”.

Para la conocida actriz ha surgido una nueva afición, “en el momento en que el teléfono deje de sonar me dedicaré al mundo de la nutrición”, dice refiriéndose a la posibilidad de que su trabajo interpretativo disminuya algún día.

“Cuando encuentro algo que me gusta no paro hasta obtener la receta”, dice Silvia Abril, quien pregunta a chefs, expertos y responsables de restaurantes en los que prueba un nuevo plato que le sorprende; luego es capaz de hacer una nueva versión de la receta elegida, a partir de la experiencia que va consiguiendo. Es el caso de la Pizza Cósmica, receta de un cocinero argentino incluida en “Como a mí me gusta”.

Y añade: “meted a los niños en la cocina, yo lo hago con Joana quien ha aprendido a hacer guacamole, por lo que se siente muy orgullosa”.

“Hay que investigar”, comenta Silvia Abril que no obstante, reconoce: “es cierto que a veces la comida saludable no es muy bonita; la fruta ecológica, por ejemplo, es muy fea, porque la pican los pájaros y no le dan esa cera que la vuelve brillante, ni tampoco los productos fitosanitarios que alteran su sabor y propiedades, por lo que al final merece la pena”.

 

Por VELT

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