Los españoles disfrutamos de la gastronomía, eso no es ningún secreto. De hecho, se nos conquista por el estómago. Pero también nos gusta cocinar en casa, una tendencia potenciada en los últimos años por distintos factores como el auge de los programas de TV, la importancia de la dieta mediterránea y una dieta saludable así como la fama internacional de la cocina española. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuánto tiempo dedicamos? ¿Somos más de planificar los menús o de improvisarlos? ¿Preferimos los guisos tradicionales a la cocina creativa? Estas son algunas de las cuestiones que aborda el estudio Los españoles frente a la cocina: gustos y costumbres, elaborado por la consultora independiente Toluna para la marca Crock-Pot, marca líder en slow cooking.
¿Ella o él?
La sociedad española ha evolucionado en este sentido, equilibrando responsabilidades. Aunque sigue siendo la mujer la que prepara el menú en casa –según un 43% de los encuestados- el hombre también ha asimilado este rol, incrementando su actividad en la cocina. Y está claro que disfrutamos cocinando; porque confesamos que, aunque resulta necesario, también lo hacemos por placer (casi el 62% de los encuestados).
Aunque los cocineros tienen la fama, según el 66,80% de los encuestados es la mujer la que mejor cocina. Argumentan motivos como la paciencia (32,4%) y la sensibilidad (26,20%).
El tiempo es oro
En cuanto a las horas que pasamos frente a los fogones, hemos aprendido a optimizar el tiempo: el 36% de los encuestados confiesa dedicarle entre 3 y 6 horas a la semana. Y si hablamos de días, más del 75% de los españoles cocina de lunes a domingo.
La edad también marca la diferencia en cuanto al tiempo que dedican a cocinar, siendo los jóvenes entre 25 y 39 años (39%) quienes menos horas pasan entre fogones.
El tiempo juega en nuestra contra. De hecho, cocinaríamos más a menudo si tuviéramos más tiempo, según el 40,70% de los encuestados. Los españoles argumentan otros motivos, además, como que es su pareja la que lo hace habitualmente, según un 15,5% o que no disponen de los utensilios necesarios (13%).
Internet y nuestras madres, principales referencias para descubrir nuevas recetas
Respecto a las recetas que solemos cocinar, internet (según más del 40% de los encuestados) y las madres (33,8%) son las principales fuentes utilizadas por los españoles para descubrir nuevas posibilidades. Le siguen los libros de recetas (40,98%), las recetas de las abuelas (38,4%), los programas de televisión (37%) y las revistas de cocina (29,7%).
Al preguntarles cómo aprendieron a cocinar, el 46,6% se confiesa autodidacta –mientras que las enseñanzas de la madre convencieron al 46,9%.
¿Tradicionales o creativos?
Seguimos siendo clásicos, también en la cocina. Nos decantamos por los guisos tradicionales (76,90%) frente a la cocina creativa (más del 23%). Y cuanto más mayores somos, más valoramos los sabores de toda la vida: un 81,88% de los encuestados de entre 55 y 60 años lo demuestran. De hecho, un 72% de los españoles a los que se les ha preguntado reconoce que los platos que cocinamos ahora han perdido el sabor, el aroma y la textura de antaño y a más del 98% les gustaría recuperarlos.
A la hora de valorar la comida, lo tenemos claro. El sabor, el aroma y la textura son fundamentales para el 52,9% de los españoles, seguido de las propiedades nutricionales (26,4%).
¿Cómo cocinamos?
En la cocina de los españoles la improvisación marca la pauta: un 65% frente al 34% que prefiere planificar el menú semanalmente.
Respecto a la forma de cocinar, empleamos, como principales técnicas, la plancha –primera opción, según un 29,7% de encuestados-; la cocción –segunda opción, según un 20,6% de encuestados- y el horno –tercera opción, según un 20,6% de los encuestados-.
En cuanto a los electrodomésticos más utilizados –el 24,4% de los españoles eligen la plancha-; seguido del horno (un 23,6%) y de la olla exprés (18,6%). A este respecto, los españoles confiesan que cocinarían más, concretamente el 68%, si tuvieran algún aparato que les ayudara a pasar menos tiempo en la cocina y desentenderse del proceso de elaboración.
¿Concienciados con el ahorro energético, también a la hora de cocinar?
Al preguntarles si tienen en cuenta el ahorro energético a la hora de cocinar, el 41% de los españoles reconoce que no es una cuestión que le condicione, aunque intenta no abusar del gasto de energía. No obstante, nos preocupa este tema. Sobre todo a los jóvenes. Los resultados de la encuesta demuestran que las personas de entre 25 y 39 años están más pendientes del consumo excesivo de energía y están más concienciados con el medio ambiente. Concretamente el 43% de los encuestados intenta hacer recetas sencillas y rápidas que no requieran un consumo excesivo de energía.
¿Qué comemos?
Casi el 80% de los encuestados piensa que come saludablemente frente a un 20% que argumenta razones de gusto –abusa de lo que no debería- para no hacerlo. Tampoco somos de comida rápida: reconocemos no comerla habitualmente (un 75%) y si lo hacemos, sólo una vez a la semana (68%). Lo mismo sucede con los platos precocinados, que no solemos comerlos (más del 70%) y si lo hacemos, sólo una vez por semana (51%).
Los hombres recurren más a la comida precocinada que las mujeres (33% frente a 22,5%), así como los jóvenes en comparación con los más mayores (35% vs. 18%). No obstante, se aprecia en los resultados una gran preocupación por comer sano.
El estudio, desarrollado por la consultora independiente Toluna, se ha realizado a 1.000 españoles a través de un panel online. La muestra incluía a hombres (50,7%) y mujeres (40,3%) de los siguientes rangos de edad: 25-39 (41,4%), 40-54 (44,8%) y 55-60 (13,8%).
Slow Cooking o cocina a baja temperatura
Se trata de una tendencia muy implantada en mercados como el americano, el británico o el norte de Europa, que ha llegado a España para quedarse, pues entronca directamente con nuestro estilo de vida actual y nuestro gusto por la cocina tradicional. Es perfecta para aquellas personas que no tienen demasiado tiempo o no poseen grandes conocimientos o habilidades en la cocina, pero que no quieren renunciar a preparar recetas deliciosas y saludables. La cocción lenta, a diferencia de otras formas de cocción, permite mantener todos los nutrientes y potenciar el sabor, la textura y el olor de los alimentos, ahorrando tiempo y dinero.