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Café de ida y vuelta

May 24, 2018

Nespresso recicla sus cápsulas dándole una nueva oportunidad al aluminio y al café.

Silvia Resa

 

El café, como el amor, puede estar en todas partes; tal es la propuesta sostenible de Nespresso, la marca cafetera de la multinacional suiza Nestlé, que acaba de presentar dos líneas de productos elaboradas a partir de los elementos principales de sus cápsulas: el aluminio y el café.

Puedo escribir una carta con un bolígrafo Caran d’ Ache, en un restaurante decorado con lámparas y cuencos originales, o quizá con frisos de materia porosa que aportan al espacio unas notas Yin, como en el arte milenario chino; puedo estrenar anillos, un collar o unos pendientes de alta bisutería y con textura y aroma que me recuerdan al café; sí, al café pues con tal material están elaborados, a excepción del bolígrafo, fabricado con el aluminio reciclado de las cápsulas de Nespresso.

Es la segunda vida para ambos tipos de materiales, presentada por Nespresso Atelier que, en ésta su segunda edición anual celebrada en Madrid, ha hecho un guiño local a la ciudad de los 21 distritos creando otro aglutinador: Distrito 22. La presentación ha contado como madrina con la actriz y cantante Leonor Watling.

Raúl Laurí, Leonor Watling, Beatriz López, Miquel Antoja.

En dicho espacio, de martes a viernes, se está mostrando la imbricación entre la cultura del café, la literatura, el empoderamiento de la mujer y la gastronomía, a partir de las experiencias pop up o efímeras con chefs de la talla de Ramón Freixa (dos estrellas Michelín), David de Andrés, Rubén Trincado (una estrella Michelín), María José San Román, Julio Fernández Quintero (una estrella Michelín) y el chef pastelero Miquel Antoja, encargado de inaugurar fogones con su interpretación personalísima de la torrija, en vaso de postre. Todos ellos han incluido en sus preparaciones el nexo común del café.

Sostenible y bello

Raúl Laurí es diseñador industrial y un apasionado por los materiales; él es el artífice de las creaciones realizadas con los posos del café, a los que da una segunda vida más glamurosa que la de hacer de compost para arrozales solidarios, que es por cierto otra de las funciones de los restos del café Nespresso.

“Fue un domingo, mientras limpiaba la cafetera”, dice Laurí; “iba a tirar los posos y como me encantan las texturas, toqué el café prensado y lo olí, comprobando que tanto su aroma como su estructura permanecían, no se habían desvirtuado”.

Reinterpretación Torrija Nespresso Atelier 2018.

Como ocurre con las grandes ideas de los grandes creadores, la de Raúl Laurí prosperó hasta convertirse en un proyecto realizable, “lo primero era lograr un material apto para poder trabajar, lo que me llevó a múltiples consultas con expertos durante un par de años”; “en 2012 presentamos la primera creación, un cuenco decorativo elaborado a partir de los posos del café, que presentamos en la feria mundial de Milán de ese año, obteniendo el primer premio en dicho Salón”.

El galardón supuso para Decafé, la marca comercial de Laurí y su esposa, la internacionalización de su perfil, de modo que ha sido en Australia donde la cafetería Lafayette ha utilizado el primer elemento decorativo diseñado por él.

Los posos de café se recogen a través de una red de cafeterías y se secan al aire libre para posteriormente ser mezclados con aglutinantes naturales, someterse a un proceso de cocción que los solidifica y a un posterior horneado. Así se fabrican desde cuencos hasta lámparas y referencias de bisutería, pasando por porta-velas, espejos o paneles decorativos, empleados como frisos o partes de muros, especialmente en el sector de restaurantes y cafeterías.

Por cierto, que para esta última categoría de producto Decafé aún está pendiente de conseguir una línea de producción; “el café tiene una resistencia comparable a la de la madera y una durabilidad similar a la de la cerámica”, dice Laurí, que matiza un aspecto importante: “se trata de elementos de decoración para el interior, es decir, en seco tienen un uso estable, pero la humedad excesiva los estropea”.

La magia de estas creaciones reside en que todos los productos siguen oliendo a café, por lo que consiguen el objetivo planteado por Laurí, “sentir de cerca la experiencia sensorial de esa bebida, representativa de tan buenos momentos”

La línea de bisutería utiliza el café como si de una piedra semipreciosa se tratara, aislándolo de la humedad de la piel mediante su engaste en estructura de metal. “Es un producto orgánico, que al terminar su vida útil retornará a la naturaleza, devolverá a la tierra todo su valor”, dice Laurí.

Al tratarse de un segmento artesanal los precios van acorde con la gama, en un abanico que oscila entre los 99 euros para el cuenco y los 2.200 de la gran lámpara de pie en trípode. Establecimientos de decoración y tienda online son los canales de venta de Decafé.

Raúl Laurí.

Por lo que se refiere al reciclaje del aluminio, la segunda vida se materializa en forma de bolígrafos de prestigio; se trata de la firma suiza de alta gama Caran d’ Ache, que ha rediseñado su modelo clásico 849 en el azul satinado de Dharkan, uno de los tipos de café más conocidos de Nespresso.

El diseño hexagonal da cobijo al cartucho de alto rendimiento Goliath, con el que se pueden llenar de palabras hasta 600 páginas tamaño A4. De esta manera, las cápsulas de Nespresso prosiguen su viaje durante al menos dos vidas.

La compañía creó su primer sistema de reciclaje en Suiza, hace casi treinta años; actualmente dicha red cubre 39 países mediante 100.000 puntos de entrega, incluidas la recogida a domicilio y la devolución por correo.

La empresa Nespresso está presente en 69 países, donde cuenta con una red de 600 boutiques, de las que más del 10% están ubicadas en España.

Por VELT

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