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Susi Díaz, chef: “Echo de menos a las mujeres en la gastronomía”

Mar 8, 2018

La chef Susi Díaz habla de sus experiencias laborales en el día Internacional de la Mujer

Silvia Resa

Sin haber pisado una escuela de cocina ella ha sido distinguida con una Estrella Michelín y dos Soles de la guía Repsol en su restaurante La Finca, sito en la ciudad alicantina de Elche. Actualmente es una de las más reputadas cocineras del espectro gastro español e internacional y de ello ha hablado en el II congreso Gastronomía es femenino, organizado por la federación de cocineros y reposteros (Facyre) y la organización Mujeres en Igualdad.

“Soy autodidacta”, dice Susi Díaz, quien en su Elche natal dejó los estudios a la edad de 14 años y se inició como aparadora, técnica especializada en el cosido del calzado, a su vez la industria por antonomasia en la ciudad alicantina de hace unas décadas.

“Cuando era una niña ser cocinera era lo último que hubiera soñado, pues las cocinas eran oscuras y las ollas y potes demasiado grandes para su manejo. Ccomo aparadora era perfeccionista aunque algo lenta, así que al cabo de medio año me pasaron a realizar las muestras de calzado, pues la Susi trabajaba muy bien y mis zapatos eran los mejor hechos”.

Un año después empezó un curso de corte y confección “me encantaba crear mis propios vestidos y en poco tiempo me ofrecieron un puesto de trabajo en la mejor tienda de modas de mi ciudad”, dice Susi; “era la primera etapa de mi vida laboral en la que hacía las cosas como yo quería”.

La capacidad de perfeccionamiento de Díaz llevó a que las clientas de la boutique de modas alabaran las prendas que llevaba puestas, solicitándole el mismo modelo “mi jefe me pidió que respondiera diciendo que justo se habían vendido todas las prendas como esa, ocasión que aprovechaba para comentarles que había otro vestido estupendo que les quedaría de sueño”.

Posteriormente conoció al hostelero José Luis: “tenía 16 años, nos casamos cuatro años después y a los 25 mis dos hijos estaban en el mundo”.

La profesión de su marido fue la elegida para compartir como pareja “en caso contrario no nos hubiéramos visto”, dice Susi Díaz; “por entonces ya cocinaba muy bien, gracias a mis dos abuelas; ellas me transmitieron valores… las acompañaba al mercado y ellas me recomendaban que no comprara las alcachofas abiertas”.

Una vez centrada en la cocina, Susi abordó su trabajo con el entusiasmo y perfeccionismo habitual en ella: “me gustaba viajar con libreta y lápiz, anotando todo lo que veía en las cocinas, de modo que las cestas con panes diversos o las pizarras como bandejas para emplatar existían en La Finca hace veinte años”.

Historia de una chaquetilla

En cierta ocasión el chef Pedro Subijana y el repostero Paco Torreblanca acudieron a comer a su restaurante “estaba nerviosísima, dada la talla profesional y humana de ambos cocineros; cuando les pregunté qué les parecía me respondieron que estupendo, aunque me hicieron una pregunta que me dejó perpleja: dónde está tu chaquetilla”.

La chef argumentó que al no estar formada en escuela de cocina alguna no se sentía con el valor de ponérsela, “en aquellos días no había mujeres en las cocinas”, recuerda Susi. Los chefs le avisaron que volverían por la noche y debía vestir la chaquetilla, pues en caso contrario no le dirigirían la palabra.

“Salí a buscar una chaquetilla por todo Elche, pero no abundaban por entonces los establecimientos de uniformes para hostelería; al final encontré una y subí a la buhardilla a ponérmela”.

“Lo más difícil que he hecho en la vida fue bajar los veinte peldaños que separaban esa buhardilla de la cocina, pero al llegar allí fui recibida con una gran aclamación en forma de aplauso”, recuerda emocionada la chef; “recuerdo que Subijana me dijo que la chaquetilla había que sentirla, quererla, respetarla y llevarla con orgullo, para lo cual no necesitaba estar en una escuela de cocina… yo era cocinera”.

“Este sector ha avanzado muchísimo y hoy hay muchas mujeres en las escuelas y las plantillas de las empresas, ¿por qué no son relevantes?”, se pregunta la afamada chef, quien se responde a sí misma: “para ser relevantes es preciso renunciar y más; ése es el precio de ser una cocinera relevante”.

“Nosotras mismas nos ponemos las trabas, por ejemplo, mi equipo, integrado por jefas de partida, no desean pagar ese precio”, se refiere Díaz a la falta de conciliación laboral-familiar; “mis hijos tenían dos madres, su abuela y yo misma”.

Jurado en Top Chef

La llegada a la televisión de Susi Díaz fue a través de una serie de programas bajo el nombre de Proteína Marina; posteriormente la productora de Top Chef junto al chef Alberto Chicote la nombraron jurado en dicho programa, del que se realizaron cuatro temporadas.

“La gastronomía española está en auge porque no ocultamos nada, porque no hay secretos, por lo que la gente que empieza lo hace desde una partida, es decir, todos hemos logrado que nuestra gastro esté donde está, de lo cual me siento muy orgullosa”.

La participación de las mujeres en las cocinas todavía es escasa, según la chef: “somos pocas pero muy buenas, lo hacemos igual de bien que los cocineros y como mujeres somos unas valientes”, dice Susi Díaz que añade: “echo de menos a las mujeres en la gastronomía”.

Por VELT

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