Hierro, ciruela negra, cava rosado para el desayuno y un vino del más allá.
Empezamos por el principio, que es una de las formas de comenzar. Al menos a la manera clásica, si bien no es ésta precisamente la característica básica de estos vinos. Se trata de tres tranquilos y un espumoso con los que propongo realizar una cata prenavideña.
Primero las presentaciones: Ferratus es un vino amparado bajo la denominación de origen Ribera del Duero, de 2014. Altos de Losada, de 2018, pertenece a la denominación de origen Bierzo. Montesquius Gran Reserva 2009 es Cava Rosado y Take it to the Grave es un vino australiano de 2018 con cierto toque excéntrico y de ultratumba.
El hierro de Ferratus
Hierro es lo que evoca su nombre, el de este Ribera del Duero que no es la primera vez que traemos a nuestras páginas virtuales. Es de Bodegas Cuevas Jiménez.
Una producción limitada a 6.700 botellas a partir de las tres hectáreas de viñedos viejos del Pago de Santa Cruz, en Burgos, uno de los más afamados de la denominación. Las plantas cuentan entre sesenta y ochenta años; están ubicadas en una ladera a 900 metros de altitud.
Ferratus Sensaciones parte de cepas con producción muy baja, con uvas de pequeño tamaño que se seleccionan dos veces. La crianza supone al menos dieciséis meses en barrica de roble francés, para pasar luego a botella, donde permanece un lustro antes de salir al mercado. Por eso se habla de Ferratus Sensaciones como un vino de larga guarda.
Elaborado al 100% con uvas de la variedad Tempranillo, la cata a copa parada descubre hierro, chocolate negro y notas de fresón alicorado. Tras agitarla, la copa nos regala aromas de arándanos maduros, de cerezas al licor y de bosque o sotobosque donde crecen frutos rojos, pero con la sensación olfativa del “después de llover un poco”.
La boca revela un cuerpo sólido, goloso e incluso untuoso, con notas de madera de cedro (con la que se hacían las cajas de puros). La retronasal nos “sopla” aromas de cacao o chocolate negro al 90%, y ferrosos, que hacen honor a su nombre.
La persistencia del vino en boca, después de tomarlo, es larga y contundente, aunque sin dar pistas de su grado alcohólico, 14,5º, y sí en cambio acerca de su solidez gustativa. Conviene decantarlo previamente (si no se dispone de decantador, utilizar una jarra de cristal de boca no muy ancha). Su precio: 30 euros. Mi puntuación (personalísima): 9,5/10.
¿Cómo se hace la cata retronasal? Requiere algo de entrenamiento, por lo que aconsejo que llevemos a la boca sólo un poco de vino, con el fin de evitar atragantamientos que, si bien suelen ser leves, también desagradables. Comparto mi forma de hacerla, que no es la mejor, ni la peor sino… todo lo contrario:
- Llevar el buche de vino al paladar, inspirando brevemente por la nariz y haciendo una barrera con la lengua, elevándola al paladar.
- Sin tragar el vino todavía, expirar el aire por la nariz, dándonos cuenta de los aromas que surgen, e intentando identificarlos echando mano de nuestra memoria olfativa.
- Finalmente, escupir el vino si estamos catándolo y no es el único de nuestro elenco, o bien tragarlo y continuar disfrutando.
Ciruela negra de El Bierzo
El aroma a ciruela negra es uno de los más queridos y valorados en mis catas. Quizá un anclaje emocional de meriendas en tardes de verano con la pandilla bicicletera. Y como esto de la cata tiene mucho que ver con las emociones, os propongo esta joyita de El Bierzo. Apto para catar independientemente de aprendizajes de cata y de edades (siempre y cuando se trate de adultos, por supuesto).
Se trata de un vino con nombre y apellidos; me explico: Altos de Losada, vino de Villa de Valtuille de Arriba de 2018. La variedad de uva Mencía utilizada pertenece a diecisiete viñas viejas de pequeñas dimensiones, recuperadas por la bodega, cultivadas y elaboradas por separado hasta su crianza. Ésta ha tenido lugar durante quince meses en barricas de roble francés.
Altos de Losada, del que se han elaborado 20.000 botellas, pertenece a uno de los primeros vinos con la etiqueta “Paraje y Villa de Losada”, dentro de la denominación de Origen Bierzo.
En cata, a copa parada surgen aromas a guindas alicoradas, además de a madera de cedro. El hierro, la cereza madura, el regaliz y sobre todo la ciruela negra aparecen al mover la copa.
Luego en boca, la ciruela negra se nota con mayor intensidad, dejando una persistencia fina y larga que no permite sospechar sus 14,5º de alcohol.
Su precio: 17,50 euros. Mi puntuación (personalísima): 9/10 puntos.
Rosado para el desayuno
¿Qué tal empezar el día, por ejemplo uno de los festivos, sin prisas, con un desayuno maridado con un espumoso rosado? ¿Y si lo posponemos para el brunch o almuerzo, con alguno de los productos de Real Conservera Española?
Montesquius 1918 Rosado Gran Reserva 2009 es uno de los pocos espumosos que me hacen dudar de que el Champagne sea la primera opción del lujo. Un cava Brut Nature que este año ha conseguido la medalla de Oro al Mejor Espumoso Rosado del Mundo, dentro de la categoría de método tradicional y más de treinta meses. Su producción está limitada a 6.280 botellas, a partir de las variedades de uvas Monastrell (en una proporción del 74%), Pinot Noir (19%) y Trepat (7% restante) que se vendimian manualmente en cajas y sometidas a un prensado suave. Lo hace la bodega Montesquius en Sant Sadurní D’ Anoia.
La cata parte de la observación de una burbuja fina, que persiste incluso cuando agito la copa para apreciar mejor los aromas de este cava rosado. Frambuesa en copa parada, que continúa al moverla, para abrirse a los aromas de panificación y de pimienta rosa.
En la boca se percibe el sabor suave a piruleta de fresa, mientras que la retronasal nos recuerda los mismos aromas de fresa y horno de pastelería. Se trata de un espumoso discreto, de notas aromáticas suaves y perfumadas, pero lo justo, que dan un final seco, 0% azúcar, pero no por ello menos goloso.
La complejidad de este cava permite maridarlo con una de las especialidades de Real Conservera Española: los mejillones fritos marinados en escabeche, con sabor potente y que enlazan con los aromas a pimienta y la sedosidad de Montesquius Rose Gran Reserva 2009. Su precio: 22 euros. Mi puntuación (personalísima): 8,5/10 puntos.
El vino del más allá
Una Cabernet Sauvignon de ultratumba. Deliciosa variedad vinícola que aporta carnosidad y hace el vino goloso. Aunque esta vez, con un guiño a la ultratumba. De hecho, su nombre “Take it to the Grave” (Para llevárselo a la Tumba) toma su pleno sentido una vez iniciada la cata.
Está elaborado por Fourth Wave Wine Suite 22, bodega sita en Kotara, barrio de la ciudad de New Castle, perteneciente a su vez al estado de Nueva Gales del Sur, en Australia.
A copa quieta los aromas se asimilan levemente a los de la tierra húmeda, como de cuadra bien ventilada. No son desagradables sino que, al contrario, nos permiten la inmersión en el mundo de ultratumba de las noches de Halloween. Agitamos la copa y enseguida emergen aromas a chocolate con leche (esa onza olvidada en un cajón o armario y que tanto placer nos produce degustarla, aunque sepa algo “viejuna”, oxidada). Hierro, madera de cedro húmeda y hoja de tabaco completan la nariz de este australiano irreverente.
En boca, y a modo de guiño a los olores del camposanto, nos devuelve un sabor a ciruelas negras maduras y algo amargas. Se suma a la sensación de sumatorio olfativo nariz-boca mediante aromas de hierba pisada, de flores pasadas o de frutos excesivamente maduros, aunque con fuerza pues aún viven.
Este Cabernet Sauvignon de ultratumba, antes que llevarlo a la sepultura es mejor disfrutarlo. Juega con los olores e impresiones escatológicos del previo al más allá. Ni siquiera parece uva Cabernet Sauvignon, al mostrar su versión más oxidada de la amabilidad, el frutado alicorado o el rasgo frutal que promete la variedad. Es por eso que antes se piensa en uva Garnacha, incluso la Prieto Picudo. Es complejo, pero se va ganando a los catadores. Te engancha y convence para volver a catarlo, aunque en el “más acá”, claro.
Su precio: 12,95 euros. Mi puntuación (personalísima): 9,5/10 puntos