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Cerveza belga grifo a grifo

Mar 31, 2017

¿Con qué maridarías unos mejillones al curry rojo? En Atelier Belge está la respuesta.

Silvia Resa

 

Los mejillones son una de las especialidades gastro de Atelier Belge, restaurante tipo bistró sito en el madrileño barrio de Chamberí donde una puede ir a degustar lo mejor de la cocina belga. Es el caso de los mejillones al curry rojo, mis favoritos; a la marinera, a la Normande, al Roquefort y así hasta ocho recetas distintas, acompañados de sus afamadas patatas fritas elaboradas con mantequilla.

Con qué lo maridamos sería la siguiente cuestión, pero para eso el equipo del chef y propietario, Etienne Bastaits, tiene la respuesta: con cerveza belga. Por ello ha instalado 11 grifos que permiten visualizar la amplia carta cervecera del local, con un paseo por cada una de las cuatro formas de elaboración, pues las hay de baja fermentación, de alta, de fermentación espontánea y también de fermentación mixta.

Etiènne Bastaits descendiendo por las escaleras de su local.

Cada una tiene sus propias características, grado alcohólico incluido, que las convierte en acompañantes idóneos de entrantes como las croquetas de quisquillas, los caracoles con mantequilla de tomate liofilizado, albahaca y ajo; el quinteto de quesos belgas con sirope de Lieja y tostas; segundos platos como la raya con alcaparras y mantequilla negra e incluso postres como el “Todo chocolate belga”, que presenta 11 texturas y un trío para beber.

¿Existe cultura cervecera en España?, se pregunta José Luis Ramírez ante la grifería del Atelier Belge; él es Customer Relationship Manager de Fassbiere, una de las principales importadoras de la cerveza de aquel país en el nuestro.

Y lo pregunta con una Charles Quint Keizer Karel(tostada de 8,5 grados) en mano, porque sabe que la primera exigencia del consumidor español cuando toma cerveza es que esté muy fría, si bien para degustar esta bebida es necesario que tenga una temperatura de servicio de entre 9 y 13 grados centígrados. ¿Por qué? pues porque cada cual tiene sus matices propios, que se aprecian sólo a la temperatura correcta.

Para mejorar la cultura cervecera, el Atelier Belge ofrece estos once grifos que tiran Primus, tipo lager y la más suave del elenco con 5,2 grados de alcohol, Blanche de Namur, de trigo, con crema más sólida, aroma cítrico en nariz y en boca y con postgusto aún más suave; las de Abadía: Tongerlo, tostada con 6,5 grados de alcohol y Te Deum, roja y más carnosa en boca; Te Deum Ipa, Gauloise, ésta más intensa y con 6,5 grados; la de alta fermentación Tripel Karmeliet de cebada, trigo y avena y con 8,4 grados de alcohol; las cervezas tostadas Charles Quinty Cornet, ambas con 8,5 grados de alcohol, la roja Chimay, con 9 grados y la Grand Cru, más compleja y de largo postgusto.

“En cada país la cerveza se tira de distinta forma”, dice el maestro cervecero; “por lo que nos podemos extrañar si en Alemania, en agosto, tardan hasta siete minutos en servirnos medio litro de cerveza, o también porque en Bélgica utilicen la espátula antes de servirla”.

Para Ramírez, que durante años ha regentado uno de los locales de culto cervecero en Madrid, Oldenburg, con record Guiness incluido al contar con el mayor número de cervezas del mundo por metro cuadrado, la tendencia ha llegado de Estados Unidos “han venido cargadas de alcohol y los belgas también la siguen” No obstante, en Bélgica existen cervezas con un grado alcohólico de hasta 40 grados.

El citado experto lo es también como importador, tarea en la que lleva cerca de cuarenta años procedentes de todo el mundo y con destino al mercado español; sin embargo es actualmente cuando se está produciendo la eclosión cervecera en nuestro país: “hay más de 1.500 fabricantes de cerveza en España y no deja de sorprenderme que en una provincia como Segovia haya hasta una docena de elaboradores artesanos”

Pues eso, Atelier Belge está preparado para recibir a los fans de la cerveza belga; en un entorno agradable, de tabernita en la planta baja y de bistró en el piso superior y con precios que oscilan entre los 20 y los 30 euros en la brasserie y entre los 55 y 60en la planta primera donde se ofrece una carta más completa.

En ambas la cocina de base es la misma: de mercado, con especialidades elaboradas al momento y… maridadas con buena cerveza.

Por VELT

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